Hoy, después de un tiempo, me he sentado aquí y he decidido volver a escribir. Echarlo todo fuera, como si fuera un globo a punto de explotar intentando descincharse en estas lineas. Esta sonando El Lago de los Cisnes de fondo, y yo no hago más que preguntarme: ¿Cuanto echaba de menos esto? ¿Por qué lo dejé, igual que tocar el piano?

Y no hay respuesta.
Simplemente no la hay.

¿Por qué dejar algo que amas con todo tu corazón sin motivo?

Esa pregunta no para de repetirse en mi cabeza. Y la respuesta sigue siendo la misma: Un vacío.
No hay respuesta.

En estas lineas confieso echar de menos el arte. Llenaba mi cabeza de alegría, ganas de vivir e ilusión.
Desde que he dejado el baile ya no soy la misma, lo echo de menos. Y necesito llenar ese vacío artístico con arte. Necesito el piano, la escritura, la lectura, sincerarme conmigo misma y dejar que mi cabeza vuele con las alas con las que ya lo hizo una vez.

Esta confesión solo es para eso, para darme cuenta de que tengo que volver a mis raíces y no volver a dejar cosas que en su momento deje sin motivo y que tanto echo de menos.

Aquí, entre rastros de tinta, quiero hacer una promesa. Quiero prometerme a mi misma no más escusas para no hacer lo que realmente quiero. Los estudios y el tiempo no son una escusa para dejar de hacer algo que quieres, porque para hacerlo simplemente necesitas ganas y si quieres, tu puedes hacer un hueco en tu vida para las cosas que de verdad aprecias y te hacen feliz.

Quiero que tú, igual que yo, te pares a pensar en esto ultimo. Las ganas pueden con todo.
Nunca te niegues algo que amas por falta de tiempo, porque un día llegaras al punto de echarlo tanto de menos que te arrepentirás, como yo, de no haberle dedicado el tiempo suficiente.

Vuelve a hacer lo que te hace feliz sin pensarlo y no lo dejes atrás de nuevo.

VirutasDeFresa