La ciudad estaba sumida en el caos y era casi imposible llegar a la fábrica. La campana de cambio de turno no paraba de sonar, por lo que comencé a ponerme nerviosa. Al final conseguí llegar a tiempo a la fábrica.
Hoy, por desgracia, estaba de vigilante Clark, al que aun le guardaba rencor por lo de Shirley. Al segundo turno entrabamos 14 chicas y 16 chicos. Algunos me sonaban de la escuela, como Daisy y Grisam, y otras me sonaban de vista, como Scarlet o Charlotte. Cuándo llegamos todos pasamos los controles de seguridad en la Sala Bianca y nos mandaron ponernos los uniformes. Como había mucho trabajo por hacer, los agentes de la paz se apresuraron a ponernos por parejas (como de costumbre) y nos asignaron nuestras zonas de trabajo. A mi me asignaron la zona B junto con mi pareja, un chico de mi edad, alto, guapo, con pelo negro azabache y ojos verde esmeralda.
Cuando comenzamos a trabajar, intenté entablar conversación con él varias veces, pero fue inútil, él solo se limitaba a trabajar, ignorando, todo lo que había a su alrededor. Nunca había tenido un compañero tan centrado en su trabajo. De pronto, mi compañero comenzó a hablarme:
-¿Tú eres Stef de 1ºC?- Me dijo.
Era la primera vez que le oía hablar. Tenía una voz dulce y agradable. Aun así, siguió trabajando sin despegar la mirada de lo que estaba haciendo, como si no le importara mi respuesta.
-Sí, esa soy yo- contesté con rapidez- ¿Y tú eres...?
-Jack- contestó, de manera cortante.
No nos volvimos a dirigir la palabra en todo lo que quedó de turno, ya que cada uno se centró en lo suyo.
De pronto, desde el otro lado de la fábrica, oí una voz que gritaba: ¡STEF, STEF, CORRE, VEN, ES IMPORTANTE! ¡STEF!
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