"Mi desesperación crecía cada vez que las paredes de cristal se hacían más pequeñas. Al final dejé de tratar de frenar su avance, y me senté en el suelo frío y cristalino de la caja. Por mucho que intentara llamar la atención de la gente que se encontraba en la sala, nadie parecía escucharme, como si no pudieran verme, "Como si fueras invisible para ellos" decía una voz en mi cabeza.
Empecé a observar detenidamente la sala. Era una sala enorme en la que nunca había estado, estaba llena de Urulas con unos trajes especiales y tenia abundantes pantallas repartidas por la pared. Delante de cada pantalla se encontraba un grupo de cuatro Urulas debatiendo sobre distintos temas y haciendo operaciones en las pantallas. Todo era muy confuso.
Me enfoqué en observar las pantallas. Todas tenían un tamaño considerable y estaban repletas de imágenes. En una había varios szuich hablando, en otra un plutgratx durmiendo y en la de que estaba a continuación de esta había varios zulech trabajando.
Pero fue la penúltima pantalla la que atrajo mi atención. En ella se encontraba una humana de pelo negro rizo, ojos verdes y un mono negro. Al fijarme mejor en la muchacha, que debía de tener unos 16 años, me asuste. Tenía la piel transparente como el cristal. Y entonces comprendí una cosa: Esa joven era yo.
Después de la imagen que acababa de ver estaba muy preocupada. No sabia que hacía yo en mi forma humana en esa pantalla y ese hecho me ponía demasiado nerviosa. Tenía miedo. Miedo a que me descubrieran, miedo a estar expuesta, miedo a la incertidumbre que llenaba mi mente.
Las tres urulas estaban debatiendo algo mientras miraban la imagen y yo cada vez estaba más asustada.
De pronto una urula dibujó un cuchillo en una pizarra que había al lado de la pantalla. Lo que sucedió a continuación fue bastante impactante.
En la pantalla yo me estaba apuñalando. Era una imagen que no podía soportar ni un minuto más. Empecé a chillar, pero por mucho que intentara hacerme oír nadie me escuchaba. Estaba sola.
Pero eso no fue lo peor. Un dolor desgarrador apareció en mi estómago y se esparció por mi tronco. Y al mirar para abajo las piezas del puzzle comenzaron a encajar. Estaba sangrando. Mi mirada se desvío hacia a la pantalla. Todo encajaba. El daño que le hacían a mi otro yo me afrectaba.
La caja de cristal empezó a llenarse de sangre y yo no conseguía detener la hemorragia. Iba a morir en pocos instantes. El nivel de la sangre aumentab. De un momento a otro iba a acabar ahogándome en mi propia sangre. Empezó la agonía y..."
"ASESINA".
Esa fue la primera palabra que se me vino a la mente cuando desperté.
Esa fue la primera palabra que se me vino a la mente cuando desperté.